Un calzón en la oficina



Entré y todas me miraron. 
-Fuiste tú.
Ese acento español europeo solo lo escucho previo a una joda. 
-¿Yo qué?
-El calzón es tuyo, gritó.
Sara sí que sabe cómo llamar la atención.
-¿Qué calzón?
-El que dejaron botado en el baño.
Sara estaba sentada en el centro de dos compañeras, Vanessa y Belén. El cuadro era un aquelarre del siglo XXI. Ya saben, risitas y cuchicheos. No las juzgo, cualquiera reacciona así al conocer que en el baño de mujeres de una de las empresas más reconocidas de la ciudad alguien dejó un calzón olvidado.
Lo que siguió durante el resto de la tarde fueron rumores y más rumores. De hecho, sin exagerar, si esquematizamos cada una de las hipótesis que se barajaron paralelas al quehacer laboral, fácilmente saldría un periódico,
Sara me inculpó de nuevo. 
-Ya, no te hagas más, tú has sido.
No intenté contradecirla. Sabía que tenía ganas de joderme, pero no en el contexto de joder europeo, sino ecuatoriano; de fregarme, de hacerme bullying.
Dejé a Sara en lo suyo y me dediqué a lo mío. Atrás de mi escritorio, Elizabeth y Rosita resumían la novedad.
-Ya hasta le tomaron foto al calzón.
-Jajajaja.
La que ríe es Eli. Eli siempre ríe cuando se siente avergonzada. En este caso era vergüenza ajena. 
Bajé a almorzar aún sin tener la película clara, totalmente convencida de que en ese lugar, el comedor del diario, me empaparía de los detalles de la noticia que tenía al borde de la locura a un puñado de proletarios.
Mariela a la cabeza en la mesa del chisme. Esa es la mesa, me dije. Tomé la bandeja y llevé hasta allá mi almuerzo. Belén y Nelson la acompañaban. Él recién empezaba a comer, Ellas hace rato habían terminado.
-¿Cierto que ya le tomaron fotos al calzón? Para mí que fue Pamela, empecé.
-Es imposible. Pamela fue la que lo encontró, defendió Belén.
-Y las de la foto fuimos nosotras, soltó Mariela, que en el comedor es una de nosotras, pero arriba es la jefa de Diseño.
Belén fue una de las testigos. Como a las seis de la tarde del día anterior, Pamela le advierte que hay una sorpresa en el baño. Me imagino que ella creyó que era un mojón, hubiera sido menos impactante que un calzón.
A Belén le pareció bastante gracioso. Dicho por ella, al llegar a casa no podía dejar de reírse al contarle a su familia -que estaba cenando- que un calzón verde, talla S, estaba botado en el baño de mujeres, guindado en el barandal de metal en el retrete más amplio, el que está destinado a las personas discapacitadas. 
Mariela actúa con más profesionalismo e intenta hallar una salida al hecho. Ella cree que una de las pasantes colegialas que andan como cucarachas por toda la compañía puede ser la culpable.
-Son peladitas, no les importa nada. De ley fue una de ellas.
Yo tengo mis dudas. Para que una mujer se quite el calzón, debió tener otro calzón en la cartera. Solo he conocido una mujer que lleva un calzón de repuesto en el bolso. Mi abuela, pero mi abuela no trabaja aquí. 
Otra observación que realizo en la mesa es que es imposible que alguien se vaya sin calzón, así que apoyo la teoría que más temprano le escuché a Sara: alguien se compró un nuevo interior, por una cita de última hora, y olvidó botar el viejo a la basura, o llevárselo.
Surge entonces una inconsistencia. No es fácil ir a comprar un calzón. Fácil es ir al banco, pero para comprar un calzón se necesita un momento íntimo. Además, son días previos al fin de mes y esto es Guayaquil. Por estas fechas, casi nadie tiene plata. Y las que tienen, no encajan en el perfil de alguien que olvida el calzón en un baño corporativo.
Nelson balbuceó un par de oraciones durante el almuerzo. Nada relevante.
Subimos en gajo.
Al entrar a la oficina, veo a Sara de nuevo a la vista.  Intento sorprenderla.
-Hey. No he podido ser yo la del calzón. Es talla S.
Me miró un segundo antes de disparar.
-¡Y eso qué tiene? -atinó-. Te lo quitaste porque te apretaba.
Sara sí que sabe cómo llamar la atención.


Puedes dejar tu posible explicación a este misterio en un comentario.
Ahí te dejo una canción para que te inspires.




Comentarios

  1. Ja ja ja, a los tiempos que entro a tu blog, y como siempre me quedo con ganas de más
    Terrible Sara España, creo que el calzón talla S no le quedaba por eso se lo quitó. Su talla es el de la foto XD

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  2. Jajajajaja. Yo ya sé. Fue alguien que va al gym y se cambio el calzón sudado de hacer deporte y se le cayó sin darse cuenta, siendo talla S, pues debe estar en forma jajajajaja, lo mejor es el ambiente del chisme que se arma por un largo rato.

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  3. Talla S, color verde y en el cubil para personas con discapacidad... Indicio de que fue alguien bajo de estatura -no necesariamente mujer-, posiblemente correísta o de personalidad tranquila. Si no tiene alguna discapacidad, una de dos: tiene poco respeto por el colectivo minoritario o tenía mucha urgencia... De qué, vaya uno a saber. Hasta ahí mi opinión. x-D

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  4. Sara España (pseudónimo)30 de octubre de 2015, 7:54

    Por alusiones! Yo no le hago bullying a Blanki Monki. Ella cuidó de mi cachorrita!!! Lo que quiero es intregrarla al grupo. Fue la última en llegar y hay que repartir la atención!! Te adoro, Blanki. Me encantó etu relato.

    PD: Sería bueno que te crearas un mail anónimo y nos explicaras, sin desvelar tu identidad, cómo fue que te sacaste el calzón y te lo olvidaste en el baño. ¿Fue una cita? ¿Fue el gimnasio? ¿Por qué fue?

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  5. JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA Y el misterio continúa...

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  6. De esto tengo que hablar. Tengo 15 años, y más, bien vividos aquí en este complejo de risotadas, acusaciones, revelaciones, especulaciones y ahora calzones. Nunca en mi puta vida de frenesí hallamos un interior como dicen con más respeto las aniñadas. Hallamos Trópico seco en el tumbado, botellas de licor vulgar en los tachos, cajas de maquillaje en el baño de hombres, ratones de hule en los cajones, pero calzones, nada que ver. Fue una de las nuevas chicas, las que a veces no usan interior para que el viento verano refresqué el Yasuní. Las liberales, las calzón flojo, digo yo. Y hasta he propuesto un solución, la misma que usaron pera saber quién era la famosa Blanca Nieves pero que ahora no puede ser Blanki Monki. Pues esta vez debemos probar calzón, no zapato. No creo que Blanki Monki pueda ponerse un talla S en tremenda olla que más bien puede reventar palomitas de maíz. Ella necesitaría un toldo como el que se guinda en la foto. Definitivamente es alguna chica nueva que tenía algún programa motelero pero que con ese calzón espantaría al victimario. Decidió, a la hora del almuerzo, ir al Albán Borja (el Comi o al Super), comprar un calzoncito nuevo y dejar que el resto del drama lo arme la redacción.

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  7. entrando al curso de "arte y diagramacion" veo que había un calzón encima del escritorio, no lo toque ni tampoco lo hizo mi amigo "el enanno" y despues de un rato entro el "ruro" el profesor de dicha materia...
    le dije al profe " ticher, hay un calzon ahi en el escritorio" y el man lo cogio, lo olio... se lo paso por la ñata como unas 5 veces y dijo "pero si esta nuevo" y volviendo a oler lo confirmo... jajajaja dijo " esta para regalar...
    se lo guardo en el bolsillo y con calzon embolsicado se dispuso a dar clase... NUNCA SE SUPO DE QUIEN ERA EL CALZON! JAJAJA
    siguiendo la historia... lo mas probable es que sea culpa de algún pecado de 5 minutos y por el ajetreo se le haya olvidado recogerlo.

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  8. Concuerdo con hail monowar... Puede ser un pecado de cinco minutos; ahora la pregunta es si el pecado se cometio en el mismo lugar donde fue encontrado el calzon (Ahora toca a lo CSI con luz UV para constatar) jajaja, Saludos

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  9. Alfredo González V.18 de febrero de 2019, 6:13

    Más que la nota están buenisimos los comentarios, cuando resuelvan el calzoncidio acoplen un collage de los comens.

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