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Ecuador: Más que apagón

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Salí corriendo de la Víctor Emilio Estrada. Urdesa central. Norte de Guayaquil. Apagón a las 22:00.  Solo imagínenlo. Los pocos locales de comida que quedaron abiertos hasta esa hora obligados a cerrar. Los clientes apurados. Afuera, la ciudad.  Esa peligrosa Guayaquil donde el miedo juega al pepo. Motos. Carros. Gente con un ojo adelante y otro atrás.  Los cortes de energía, además de jodernos de forma desmedida, nos acercan a las más crueles realidades de esta urbe. Y desde allí, todas las aristas venideras: recesión, bloqueo, desesperación económica. De eso ya hablarán los titulares.  Nos encerró la pandemia. La inseguridad y, ahora, el apagon. Lo otro queda en la psique.

Guía rápida para encontrar el sentido de la vida: lecciones de Viktor Frankl

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  ¿Para qué vivo? ¿Cuál es el sentido de esta existencia? Cumplí 35 años en 2023, en medio de cambios trascendentales. Tenía pocos meses de haber roto una relación, empezado otra y contraído matrimonio. Había soltado hace un tiempo mi trabajo fijo, para hacerme independiente. Había decidido aceptar la oferta de construir una empresa de comunicación junto a un exministro de Gobierno. Madré murió, replanteé mis relaciones familiares y personales en general, gracias al psicoanálisis, que me ha llevado a conocerme a fondo. Y en medio de todos esos cambios de vida llegó a mí, en ese cumpleaños y como una montaña de inconsistencias hacia mi percepción de mí misma, el libro El sentido de la vida, del doctor Viktor Frankl, gracias a mi querido y admirado amigo Allen Panchana, quien en la dedicatoria subraya una frase que marca: "Tú eres una sobreviviente como él". ¿Lo soy? El sentido de la vida sigue el encierro el psicólogo Viktor Frankl, como el prisionero 119.104, en uno de los ca

5 enseñanzas de la arquitectura que Ter le regala a tu vida (y a la mía)

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Ter es una arquitecta que crea contenido de Youtube, muy científico y entretenido, histórico y explicativo. La admiro mucho.  Pero en un video puntual, subido hace unos años, Ter nos expone lo necesario para sobrevivir en plenitud en este plano, tomando las enseñanzas que obtuvo de la escuela de Arquitectura y llevándolas al campo de la Filosofía.  Hace un esquema de 5 puntos con los que se supone que la vida de un individuo tiene más posibilidades de ser exitosa.  Estoy absolutamente de acuerdo y me he tomado el atrevimiento de traerlos al blog con algunos detalles de cómo los he aplicado a mi vida. Here we go. Cómo tener una vida útil en 5 pasos, según Ter 1.- El proceso es más importante que el producto. Hace referencia a la importancia de disfrutar el camino hacia un objetivo, la relevancia de la estrategia y la satisfacción  que genera el cumplir el paso a paso. Cuando empecé en periodismo, me tomé la bandera de ser autodidacta y me inscribí, e incribo aún, en cuanto curso vea. Es

Despedida

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Seguir juntos sería un error. Sería desperdiciar tu vida con una persona que no te ama, mientras puedes buscar a alguien que realmente te merezca. No. No más. No me obligues a permanecer a tu lado por un sentimiento de culpa. Ese ha sido mi principal error durante toda mi vida contigo: tratar de pagar con oportunidades todo lo que has hecho por mí, y por cada oportunidad que nos hemos dado, lo único que he hecho es maltratarte, herirte y matarte...   Sé que ahora no lo entiendes, pero debes pensar, y cuando pienses me vas a odiar más que nunca, y después me vas a agradecer, porque podrás tener nuevos y mejores amaneceres. Entonces recuperarás todo lo que vivimos para tu memoria afectiva y ya no me verás como la persona que te destruyó, porque dos personas, como tú y como yo, que vivieron tantas cosas juntos, que crecieron y se amaron tanto, tendrán que darse cuenta que la única manera de reconocerse en la vida es a través de un recuerdo hermoso, del amor. Armando Mendoza a Marcela Vale

Buscándo a mamá entre muertos

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La última vez que estuve aquí fue el día de tu muerte. El 16 de febrero de 2023. Te dejé enterrada, te recité una que tú me ayudaste a preparar en la escuela y lloré como jamás te había llorado, porque ni en terapia te lloré tanto. Entro. Puerta 10. Allí los  169.089 metros cuadrados, las 16 puertas de ingreso, las  130.348 bóvedas, los 144.808 nichos para restos y los 8.441 nichos cinerarios que dicen que hay en el cementerio general. Luego de un robo perdí los datos de tu tumba y llamar a mis hermanas cuando necesito algo es un poco inútil. Aun así, lo intentó tu yerno, sin suerte. Así que, vieja, me dejé llevar por el olfato. Y mientras subía y bajaba, y veía y comparaba, y casi desesperada entraba en llanto buscándote junto a mi marido, pensé que si pude salir de tu vagina sin cesárea puedo volver a tu tumba sin ayuda.  Después de todo, yo soy la man que te hizo madre, carajo. Me comuniqué con tu alma de forma telemática. Y qué cabrón vieja. Apenas te marco y vos me marcas un 333 e

Mi otra vida y por qué casarse es un error hermoso

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Hasta los 34 años, tres meses y dos semanas, fui dueña de mi vida, mi tiempo, mi espacio personal, mis agendas en días de vagancia, mi círculo social. Luego me casé. Como había tenido tres novios en convivencia antes de ese paso, no creí que el matrimonio cambiaría de forma notable la vida que tuve hasta el 30 de septiembre de 2022. Es más, ni siquiera un instante imaginé que el firmar aquel contrato se torne en otra vida dimensionalmente diferente. Vaya error. Hermoso error. Así que si estás pensando en casarte, es importantísimo que sigas leyendo, y si ya estás casado, casada o casa(olvídalo, odio el lenguaje inclusivo, pero buen intento), quédate a ratificar conmigo la lista de hechos que te arrinconan. Peeeeero, si, en cambio, siguen soltero, sal de acá. Mentira, quédate y aprende que casarse no es bueno cuando eres un signo de aire o fuego (me llaman la loca del horóscopo. Pasé de escribirlo en varios diarios a estudiarlo en varios website y libros especializados. Y ahora también

Carta a una gorda adiposa que nadie sanó cuando niña

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  Gordita, Debieron pasar 34 años y seis meses para que vos y yo volvamos a encontrarnos frente a frente. No te esperaba. No en este momento en que empiezo a enrumbar el camino en el que soy mi dueña completamente. No ahora. No estaba consciente, pero todo este tiempo únicamente fingí (involuntariamente) que habías muerto con todo lo que ya no es.  Creí haberte enterrado cuando nos descubrieron resistencia a la insulina y empezamos a andar en bicicleta y a hacer yoga. Creí que con el cambio de alimentación sana alzaba la bandera del autoestima y empezaba a amarnos de verdad. Creí que con doce kilos menos de los que teníamos hace dos años se habían ido las etiquetas que nos ganamos y las vergüenzas de antaño de no hallar pantalones de nuestra talla. Pero pasó. La sombra de la inseguridad tocó la puerta y ya no supe cómo hallar el camino de regreso. Alguien te trajo a mí, gordita. Alguien que no ha entendido que los estándares de belleza que nos conminan al pellejo y al hueso han quedado