Entradas

Ecuador de las oscuridades

Imagen
Nos dejaron sin solvencia económica. Nos clavaron el 15% del IVA y nos eliminaron de a poco, como con vaselina, el subsidio del combustible. Nos metieron un cuento de sabotaje y otro de complot para justificar los cortes de luz. Nos dicen ahora que hacen mantenimiento a un sistema eléctrico nacional por ocho horas largas y oscuras. Afuera, la gente habla de purga, en la propaganda gubernamental, la gente habla de un nuevo Ecuador. En el Contencioso Electoral se habla de denuncias del Gobierno contra funcionarios del Gobierno. En el CNE se habla de un chanchullo con el CPCCS. En la política se habla de elecciones y de campañas con locutores anónimos de voz bonita que dicen mentiras que otros quieren hacer pasar como verdades. En Twitter se odia con odio jarocho. Hay granjas de troll y periodistas que facturan riquísimo. En las veredas roban y en las tiendas y comercios extorsionan. En mi barrio han matado a casi todos los pelados que vi crecer. La noche del miércoles y la madrugada

La triste

Imagen
36 años tenía sin conocerte de cerca. Siempre me hablaron de ti. Y sinceramente no entendía cómo, con lo incomoda que eres, alguien podía soportarte cerca. O afirmar con creces que no sabía cómo alejarte. Yo, dueña de mí, ferviente defensora de la independencia y el amor propio, he tenido la desdicha de recibirte como huésped de forma inesperada. Y no sé cómo salir de esta.

Buscar dónde hacer caca y otras 5 lecciones que me dejó subir Puñay

Imagen
Tres recuerdos puntuales de mi visita a Puñay me acompañan para siempre: La pesada mochila que cargué por más de 7 horas de forma completamente innecesaria, los prolongados llantos de alegría y frustración que experimenté en el ascenso y la desesperación por hallar un buen lugar para hacer caca en la cima. Porque no, amigo lector, subir una montaña como la Puñay no es solo eso que ves en videítos musicalizados de TikTok que duran menos de un minuto. Puede llegar a ser, más bien, para una mujer que no conocía de ejercicio fìsico demandante hace dos años, como yo, una experiencia tan sacrificada como vergonzosa. Pero aquí estoy. Otra vez hecha la sinvergüenza, porque ya te extrañaba sobre mis letras, porque escribir en mi blog me hace respirar más tranquila y llena de felicidad mi cerebro con TDAH no diagnosticado aún, intentando no solo traerte al momento mismo de mi ascenso a Puñay, sino también hacerte partícipe, como siempre, de las enseñanzas que ha dejado en mí aquella vivencia. Dó

Adiós, Ricardo, gracias por hacerme periodista

Imagen
I El primer encuentro Estabas en tu sillón de Presidente Editorial de Granasa el día que te conocí. Tenías mi hoja de vida en las manos y mientras repasabas mi escueta experiencia laboral en dos periódicos de Ecuador en 2014, una de cuatro años, otra en curso, sumando casi dos, me preguntabas qué esperaba del periodismo y qué me hacía buscar otro empleo, si al parecer estaba bien. Y estaba bien. Tenía un trabajo en el que las horas extras podían llegar a triplicar mi sueldo. Era redactora fija, contaba con tiempo para terminar mi universidad y pude haber tenido oportunidades para crecer; pero yo sabía que no estaba tan bien, porque, en un periódico del Gobierno, no se hace periodismo en Ecuador. No del periodismo que tú me enseñaste a hacer después. Ya lo había sugerido Andersson cuando -durante nuestras clases en Facso- me dijo que aplique a la vacante de Internacionales en Expreso. "Ven a hacer periodismo de verdad". Y yo estaba allí ese diciembre, frente a ti, maestro, con

Mujer chimenea

Imagen
Yo también fui una mujer chimenea.  Una veinteañera con chuchaqui maldito. La amiga de la casa de la caída. La del sofá cama en el que podías aguantar, ruco, el taxi del amanecer. Fui la amiga de los encuentros poéticos con vino y tabaco.  La de la refri llena de biela helada. La equivalente a la prima de Andrés Crespo. ¿Dónde? Tuve sucursales en La Taberna. En Casa Grande. En La Culata. Recité par veces en El Último Jueves y una de mis crónicas sobre Guayaquil baila en una edición de Furia Fanzín. Fui la madrina de algunas bandas en la época de Ojos de Perro Azul, White Rabbit y Heineken. La que caía fijo a los conciertos de Diva o la Plaza Colón.  La que armaba after con Pedrito en La 9, escuchando a Napo y leyendo a Artieda. Fui la bohemia.  Pero de un tiempo a acá, ando distinta y distante. Ya no hay jaranas de trasnoche.  A las nueve al sobre  y máximo a las doce a pegar pestaña.  Gracias a mi vieja dejé el tabaco Y por la resistencia a la insulina, el alcohol. Ando con un dolor

Lecciones de dignidad que Rosa Parks nos dejó

Imagen
1 de diciembre de 1955. Rosa Parks se sienta en la parte de atrás del bus, allí donde los negros como ella estaban obligados a sentarse en Estados Unidos. Sobre todo en lugares como Montgomery, Alabama, donde la segregación racial se vivió de manera más cruenta que en otras localidades.  Rosa no imaginó que negarse a dar el asiento cambiaría el rumbo de su historia y la de su país.  Quizás has escuchado hablar del racismo de manera general, de sus incidencias, de un atroz grupo denominado  Ku Klux Klan, dedicado a hacerle la vida imposible a los negros de norteamérica , pero a través del libro 'Rosa Parks Mi Historia', llegas a vivir el racismo como ella lo vivió, porque puedes palparlo a través de su sencillez al narrar lo que fue su cotidianidad.  Era un tiempo en que Estados Unidos  tenía bebederos para negros, escuelas para negros, bibliotecas de negros, barrios de negros...  Pero yo no vengo acá a darte una clase de historia, sino de dignidad, que sé que a Rosa le habría g

Ecuador: Más que apagón

Imagen
Salí corriendo de la Víctor Emilio Estrada. Urdesa central. Norte de Guayaquil. Apagón a las 22:00.  Solo imagínenlo. Los pocos locales de comida que quedaron abiertos hasta esa hora obligados a cerrar. Los clientes apurados. Afuera, la ciudad.  Esa peligrosa Guayaquil donde el miedo juega al pepo. Motos. Carros. Gente con un ojo adelante y otro atrás.  Los cortes de energía, además de jodernos de forma desmedida, nos acercan a las más crueles realidades de esta urbe. Y desde allí, todas las aristas venideras: recesión, bloqueo, desesperación económica. De eso ya hablarán los titulares.  Nos encerró la pandemia. La inseguridad y, ahora, el apagon. Lo otro queda en la psique.