2015
Debí cumplir 26 para darme cuenta de la verdad: el fin de año es un fiasco. Celebramos un nuevo ciclo de rotación alrededor del Sol, pero no notamos que estamos avanzando en círculo.
Volvemos a empezar, pregonan los optimistas, para saciar la necesidad de dejar de lado la mediocridad. Llegó el tiempo de nuevos proyectos, dicen los soñadores, sin tomar consciencia de que cada despertar empieza de nuevo la vida. Quemamos el pasado, sueltan los radicales, que -sin embargo- a la vuelta de la esquina vuelven a jugar con el lodo de su tiempo anterior.
La sociedad decreta: despide el año, pero pocos notan que el tiempo, por intangible y efímero, sólo existe cuando se vive en el ahora.
Es este momento el que importa. Este, el que respiras mientras me lees, indistintamente de qué día sea... Si el 31 de diciembre o el 1 de enero, o el 2, o el 3...
Y bueno, mañana, que no es este momento, puede ser mejor o peor que ahora, pero eso nada tiene que ver con la algarabía del fin de año. Lo que en realidad determinará tu bienestar integral es tu forma de mirar el mundo.
Que esas ganas que tienes de proyectarte en una vida color rosa cada 31 de diciembre jamás te abandonen; que esa predisposición de vivir intensamente que celebras cada 1 de enero se mantenga a diario. Yo no te deseo feliz año, yo te propongo un feliz y eterno presente.
Gracias por ser parte de mi ahora.
Blankimonki.
PD: Baila, vieja puta:
Comentarios
Publicar un comentario