La Matemango también es Charlie Hebdo (una entrega de @aboscanpico)




Por Andersson Boscán Pico

El atentado que acabó con la vida de 12 personas en el semanario satírico francés Charlie Hebdo ocupó las portadas de todos los medios ecuatorianos. El país volcó la atención hacia la tensión social en París y el apoyo hacia las sátiras de Charlie Hebdo que ridiculizaban principalmente al Islam y el Catolicismo.

Es probable que usted nunca haya leído La Matemango. Posiblemente ni siquiera ha escuchado sobre ella. Y, en algunos casos, querrá dar marcha atrás cuando caiga en sus manos. Pero no siempre.

Misterio aparte, La Matemango es una revista satírica ecuatoriana. Sí, Charlie Hebdo también lo es, pero ellos tienen sala de redacción, un staff de 30 personas y un tiraje de 50 mil ejemplares (que hoy será de un millón). La Matemango no tiene nada de eso (ni de lejos). Ellos arman sus dibujos en base a colaboraciones de puro desinterés y pagan su tiraje apretado para vender unos cuantos y hacer circular gratuitamente unos muchos. No tienen impacto mundial por sus portadas (también ingeniosas y ofensivas y llenas de provocación). Los chicos de Matemango no tienen -salvo el humor- nada que los compare con sus colegas franceses. Pero ellos también son Charlie.

El proyecto arrancó un año atrás, en Guayaquil. Dibujantes, escritores y gente con ganas de decir algo se involucró en la idea y, de dibujo en dibujo, se formó la revista.








Matemango es una propuesta del mundo ‘under’, según la definición de sus propios creadores.
Wilson Limones, la principal pluma de la revista satírica guayaquileña es también uno de sus mentalizadores tempranos y defensor del principal pilar de Matemango: aquí se publica lo que, en cualquier otra parte, resultaría imposible.



“Nunca nos hemos visto discutiendo si nos pasamos de la raya”, asegura Limones. Para muestra un dibujo: la viñeta pinta un parque, que bien podría ser el Centenario. Un predicador (que podría ser evangélico) habla sobre Cristo y la vida ante una multitud distraída. Del centro de ese público, un hombre le pide al predicador que se calle porque, dice con un par de insultos adornando la frase, no sabe nada. El hombre en cuestión usa túnica,  lleva barba y cabello largo (sí, bien podría ser Jesús).

"Sentimos que esta ciudad es todavía muy ‘curuchupa’. Tienen miedo a perder el miedo en ciertos temas".Wilson Limones

Esa es la definición de Matemango, la crítica a través de la provocación, no de la ofensa. Marco Martínez, otra de las plumas privilegiadas de la edición, asegura que ha resultado muy difícil promocionar este tipo de humor en Guayaquil. Los patrocinadores no quieren apostar por un producto que pueda herir la susceptibilidad de los clientes y los lectores no quieren lucir los penes dibujados en la Metrovía.



Guayaquil tuiteó más 30.000 menciones por hora sobre Charlie Hebdo, de Francia. Pero se atreve poco a mirar a los suyos, los Matemango.






Comentarios

  1. ¡Bien ahí! Guayaquil es La Matemango… gracias por la publicación Blanki, y Gracias a Andersson Boscán Pico.

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