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Mostrando entradas de marzo, 2015

Así son los moteles, dice una virgen

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Una ilustración ilustre de mi ilustre colega y entrañable amigo,  SengVou , el malcriado atrás de la adorada  MATEMANGO.  Si quieren ver más de su arte, síganlo en su perfil  DE FACEBOOK,  en su cuenta de  TWITTER  o en la página del proyecto que lidera, CON ALGUNOS PANAS.   Prólogo "Los moteles tienen su magia, su mística, su propia energía. Cada habitación ha vivido innumerables historias, y cada vibración queda retumbando en el lugar. No es un lugar en donde se siente el amor; por lo contrario, se siente la depravación, la lujuria, la curiosidad por lo prohibido...". Un texto de Roberto Coello, músico fotógrafo y bloguero guayaquileño. Puedes leerlo completo en este link. Antecedentes vívidos Año 2006.  Pagaron cinco latas. Una cajera que anotó en un cuaderno el número de cédula de él les dio indicaciones: Arriba, primer piso, segundo cuarto a la izquierda. La puerta parecía la de la entrada de un curso de colegio fi...

Tener vagina es cosa seria

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8 de Marzo de 1908. 129 mujeres murieron en un incendio en Nueva York por pelear por sus derechos. Son pocas las mujeres que conozco así. Mis abuelas, Blanca y Azucena, son mi ejemplo. De las dos aprendí a ser mujer con carácter. La primera crió sola a cinco hijos, con dos trabajos. La segunda, pudo gritar un día que estaba cansada del maltrato y mandó a la mierda a mi abuelo, que -arrepentido- dejó de lado la violencia y la empezó a respetar (después de que ella casi se lo corta). Luego vino mi única tía, Bella. Por ella aprendí que la independencia es lo más importante que puede acompañar a una mujer. Trabajó; pagó sus diversiones... Así ningún infeliz podía creerse su dueño. Pero además de eso, ella me enseñó a ser auténtica, a no fingir, a decirle a la vida: Esta soy yo. Este post se los dedico a ellas, porque de alguna manera, son las mujeres que me moldearon durante la infancia y la adolescencia. Les dejo un feliz día a las mujeres independientes que no son femin...

Se las huele

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El negro se las huele. Fue a esperarla afuera del almacen apenas salió de su turno nocturno de bombero. A las ocho en puntito estuvo en el local, porque ella le dijo que hoy entraba a las siete y media. En el fondo, él sabía que eso no iba a pasar. Parado el carro frente a la puerta metálica, puso el freno de mano y las luces de parqueo. Primera llamada. "Estoy en la Metro", le dijo ella. Sin comentarle que estaba afuera con el desayuno, esperó. Nueve. Nueve y media. Segunda llamada. "Qué fue, negrito, hace rato que llegué al local. ¿Usted dónde está?". Él miró el local, cerrado todavía. Un nudo en la garganta le cortó la respuesta. Cerró. Vuelta a la llave y acelerador. En realidad no solo el auto aceleró. También su corazón y sus prejuicios lo hicieron. El negro se las huele. Paró frente a una y tienda y se compró un tabaco. Le envió un mensaje: "Me dijisteS que entraVas a las siete y media... estoy afuera de tu trabajo y no estAs aquI... men...