Un post de mierda



"Total, en este mundo de caca, de cagar nadie se escapa"



El contacto visual no es oportuno cuando tu único equipaje es una fundita con muestras de mierda y meado. Ciertamente, Yira no quería hablar con nadie esa mañana. El humor de la negra es arrollador, pero no esa vez. Estuvo estreñida y debió luchar de forma exagerada para conseguir su poco de caca.

Mientras miraba sus plataformas enormes y buscaba una posición cómoda en la vereda del laboratorio de la universidad -para que no se le vea la raja sentada con esa putifalda que decidió llevar puesta-, pensaba en largarse a desayunar un encocado a la Caraguay al terminar el odioso trámite.

En esas andaba cuando una chica aniñada se le acercó. Era de esas que cargan el iPhone en la mano 24/7 y que dan la impresión de que caminan en puntitas para no quebrarse.

-Hola, amiga. Le dijo.

La negra no está acostumbrada a que las sapayentas le dirijan la palabra. Ella siempre se ha llevado más con los trigueños.

-Hola. Le respondió con ese cantado esmeraldeño inconfundible.

Pensó que le iba a pedir un chance para colarse en la fila, pero no. El favor era mucho más complicado. Ya decía ella, nadie se acerca a saludar a una negra de la nada. Algo ha de querer.

-Tengo un 'problem', amiguita. Y yo te veo así como que buena gente. Y te juro que me da supervergüenza, pero es una 'emeryenci' que me hace decir: Omaigad, tengo que pedir ayuda.

Quiere plata. Pensó con dudas. Algo hastiada del espanglish fatalista de la tipita fina. No. Plata no quiere, corrigió para sí. Esta blanquinosa se pudre en billete.

Silencio y sorpresa.

-Lo que pasa es que no traje mi caca y quería ver si tu podías regalarme un poquito de la tuya.

Buscó una cámara escondida. ¿¡Quién mierda se acerca a pedirte mierda en una fila para que analicen mierda!?

Se pegó una carcajada de negra: bulliciosa y a diente pelado, que se borró casi mágicamente de su rostro cuando vio roja a la blanquinosa. Tenía vergüenza. Era obvio.

La negra no puede ser mala. Además, un poquito de mierda no empobrece ni enriquece a nadie. Después de escuchar la historia de decidió ayudarla. La chica era de una zona fuera de Guayaquil y había madrugado, pero dejó la caca olvidada encima de su velador. Esas cosas pasan.

Mientras el fragmento de mojón descansaba a lado de su cama, Yira se convertía en su heroína, o más bien la caca de Yira. Llevó a la chica a una esquina, destapó su recipiente y vacío un poco de ñoña en el de la muchacha. Rieron mucho y tuvieron arcadas, como era de esperarse.

Hicieron fila otra vez. Al llegar a la sala de espera hubo castigo cacal para la artimaña en la que la negra se metió. Cuando se paró con sus enormes plataformas. Pisó mal y tropezó con una silla. La funda salió volando. Meado y mierda al suelo, desparramados y mezclados, como una porción de sango de camarón.

¿A quién se le cae la caca después de regalar caca para hacer un examen de caca? A Yira, la negra salada.

La moraleja de esta historia me la dio un niño muy pilas que tiene una cuenta en Twitter. Tiene 16 años este 2015, pero es bastante sabio para su edad:


"Si no quieres una vida de mierda, no regales mierda".

Stalyn Sanchez, virgen para siempre.





La yapa que nunca falta:


Comentarios

  1. jajajajajaja te amo ♥

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  2. Es como un Karma cacal. Si no quieres que se te caiga la mierda, pues no regales tu mierda. Ya que no sabes que mierda te puede pasar.

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  3. Yira, ¡¿Qué mierda te pasa?!
    Moraleja: Con la caca no se juega...

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  4. No sé qué mierda acabo de leer.

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  5. La moraleja es : NO LEER ESTE POST MIENTRAS ESTÉN COMIENDO.

    xD

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  6. Es increíble... Con absolutamente todos estos post, mi imaginación vuela y me convierto en espectador de lo acontecido. Definitivamente Isa tienes un DON.
    Solo puedo decir "Ante usted señorita, me inclino en reverencia y agradezco por hacer que la imaginación a través de sus letras sea posible".

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