Los infelices



Ellos no saben cómo ser felices.
Buscan cosas, oficios, personas, placeres...
Todo en vano.

Creen que caminan hacia su gloria, pero no la ubican en un lugar, sino en un tiempo: el futuro.
"Seré feliz cuando tenga un unicornio azul, un auto nuevo, un marido que me respete, un hijo que me pregunte cómo estoy", se dicen.
Condicionar la felicidad a un anhelo es un error de aquellos que duermen hasta la muerte.
Ellos, los dormidos, serán felices el día en que despierten sus conciencias, el día en que miren dentro de sí, el día en que valoren y agradezcan el ahora, que es el único tiempo que interesa.

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