Inolvidables

Estarás listo cuando tu repudio en mi contra haya desaparecido.
O cuando escuchar mi nombre no te cause escalofrío.
Antes de eso, jamás.
No puedes.
No podrás.
Muy ondo calé,
para mal,
lo admito.
Rehacer la esperanza se pinta a utopía.
Lo sé 
aun a esta distancia,
y por tu culpa.
No es normal que irrumpas de esa forma mi tranquilidad.
Te siento.
Estoy. Estás. Estamos.
A nuestro pesar...
y al suyo.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

La verdadera historia de Danilo Palomino, el nuevo Guinness de Ecuador

Valeverguismo. Tendencia pegajosa

De mango y almendras a plomo y sangre: la transformación de mi patria