Pesadilla



Soñé que recaías.
y que te golpeaban en la espalda,
que dabas gritos de horror,
que me mirabas suplicante para que les pida que paren.

Soñé que recaías
y lloré otra vez,
como siempre lloro cuando recuerdo lo que llegaste a ser
por esa soga que te ahorcó hasta el alma.

Soñé que recaías
y no, por favor, no más.
Que Dios no lo permita, mi niño.

Que la vida vuelva a tus manos,
que tomes las riendas de tu destino
y seas de nuevo tú.

Aquel risueño,
el alma más alegre que existió jamás en nuestro círculo.

Devuélvenos la sonrisa. Vive otra vez, te lo ruego.



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