Collage de instantes / una historia escrita en verso




El comienzo

Allí vamos otra vez...
Este viaje tibio de tambaleos calurosos que nos dejan sin aliento se está haciendo eterno.
Vibro. 
Tu presencia es justa,
me estremece, 
nada más me besas y la espuma sube hasta evaporar todo el líquido que para ti guardo.
Te vivo a cuentagotas,
Calmo la fiebre con cada una de las sonrisas que me entregas cual dádiva. 
Te siento.
Sé que vibras también, tus labios suaves, rojos y gruesos no mienten.
Es bueno que no te gusten las palabras.

... 



Duda despejada 

Tienes razón, no te amo.
Solo me gusta tu sonrisa.
Debe ser que confundo amor 
con esa emoción que me produce ver 
la miel que ilumina tus pupilas. 
Definitivamente estaba equivocada. 
Quizás solo me gustas hasta el desvelo. 
Quizás estás ganas de tenerte cerca 
no sean más que pura calentura.
Tienes razón, no te amo. 
Solo respiro tu existencia y me sonrojo. 
Solo saber que existes me entumeces los sentidos. 
Son bobadas, seguro. 
Esto de querer ser tu fábrica de momentos 
inolvidables son solo maricuras. 
No, no te amo. 
Me alegra que tengas los pies en la tierra 
mientras invento escenarios 
en los que eres humo de colores. 
Ahora, por favor, dame un beso.

...



El paso atrás 

Quédate los besos.
Las risas
Los pocos atardeceres
La comida chatarra
La peli
Quédate los viajes inconclusos
Las olas golpeando las rocas.
El álbum de fotos que nadie verá.
Quédate con todo.
Arrebátame tu recuerdo
Tíralo al río
O hazlo porro.
Quédate tus razones. 
Tus flacos argumentos secretos. 
Tus porqués espinosos.
Quédate sin mí.
Que ya morí un poco. 
O quédate conmigo 
Y termina de matarme.

...



Reflexión 

¿A quién le contarás tus sueños ahora?
Recuerdo el desvelo de largas charlas coquetas y entusiastas anhelos.
Decías amar mi intensidad y mis dientes, además de mi cerebro y mi pluma.
Luego nada.
Eres humo de colores y yo tu más irrelevante experimento.

....

Excusa 

Habría sido más fácil y menos hiriente decir que ya te cansaste. 

...



Asimilación
Cuán despistado debes ser para no notar que puedes hacer que mi respiración se detenga con tu voz. 
Cuán iluso, 
al pensar que puedo mirar otros rumbos después de hallarte. 
Cuán tonto,
al dejarme muriendo cada día un poco más. 
Cuán radical, 
para sacrificar una historia que recién empezaba a escribirse sin darle una oportunidad. 
Y cuán valiente, 
a la vez, 
al decidir que debías salvarme de ti.

...



Comentarios

Entradas populares de este blog

La verdadera historia de Danilo Palomino, el nuevo Guinness de Ecuador

Valeverguismo. Tendencia pegajosa

De mango y almendras a plomo y sangre: la transformación de mi patria