Agujero de sorpresas, ¿Por qué ir a ver #Agujeronegro?



Magia, arte y buen gusto. Una sorpresa grata. Agujero negro es un filme que queda fuera de los clichés del romanticismo cinematográfico y lejos de los vestuarios de los problemas tercermundistas a los que está acostumbrado nuestro séptimo arte. 

Es, como aseguró el día de la premier su protagonista, Victor Arauz, "otra nota".

Los aciertos empiezan desde la decisión misma de apostar por el blanco y negro para la edición final hasta aquella banda sonora exquisita en la que priman los instrumentales.

El espectador hallará a un Víctor Arauz que no se desprende de ese guayaco que tiene en la sangre, pero que sorprende con la capacidad de adaptarse a Víctor, el protagonista, un hombre que no termina de crecer por esa resistencia al sistema que poseen los escritores, y que desespera por una musa menor de edad que lo mete aún más profundo de aquel agujero negro en el que busca encontrar el éxito, a la par que su obra más representativa.

Por ratos, recuerda uno a la icónica 'Presencia de Anita'; por otros, pisa Ecuador una y otra y otra vez. Este no es un filme erótico, ni romántico ni dramático. Es una radiografía de perfiles sociales enredados en una trama en donde cada uno enfrenta a sus demonios. Por eso están el exitoso frustrado y desencantado, el desenchufado, la ejecutiva estresada, la adolescente problema de hogar disfuncional y Quito y Guayaquil y el agujero que encanta sin clichés.

Al final la musa no es más que el mismo amor, en todo lo que esa palabra representa.

¿Qué es ser adulto? Vayan a analizarlo al cine. Lo vale.


Algunos datos
  • La película fue seleccionada por la Academia de las Artes Audiovisuales y Cinematográficas del Ecuador como opcionada para una nominación en los Premios Goya, en España para el 2019.
  • El filme fue rodado durante 18 días, con un presupuesto de $ 300.000.




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