Qué piensa un corazón roto

Hace unos días vi a un amigo al que su novia lo dejó. Era una relación de meses, pero ya convivían. Al parecer fue incompatibilidad de caracteres. Ella no podía adaptarse a su amor, se sentía asfixiada. Él, que había amado a muchas, la idealizó como la parada final  de su vida sentimental.

En una charla sincera, vía mensajes, me comentaba lo difícil que es olvidarla. Yo intentaba alentarlo con algunas frases clichés. Él, sordo, ciego y mudo, me escribió:

  • Lo que me jode es lo que quedó impregnando en mí. Sentimiento, caricias, besos, miradas, recuerdos, fotografías... Es toda esa mierda lo que consume a una persona. Soltar todos lo podemos hacer; pero luchar contra eso que se acumuló es la peor batalla.

No pude continuar mis consejos de tinte Coelho. No tuve oportunidad. Sentí un nudo en la garganta. ¿Quién soy yo para hacerme la terapeuta?, me dije. A veces es mejor solo escuchar y estar. Después de todo, para las cosas del corazón nunca habrá razones.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La verdadera historia de Danilo Palomino, el nuevo Guinness de Ecuador

Valeverguismo. Tendencia pegajosa

De mango y almendras a plomo y sangre: la transformación de mi patria