Proletaria
Lágrimas que humedecieron el sufrimiento.
Pómulos esculpidos de arena viento.
Manos amasadoras de polvo y tiempo.
Labios hendidos como dos aceros.
Yo quiero casarme contigo proletaria.
Para meterme en tu sangre y beber tu sufrimiento.
Hasta arrancar de tus tobillos todo vestigio de hierro.
Hasta borrar de tu cintura toda huella de dedos del patrón.
El patrón...
Yo quisiera que el patrón no se muriera,
que en vez de juicio final,
paredón tenga en la tierra.
Juntaremos proletaria tu miseria y mi miseria,
y tu aguja con mi pluma,
y tu angustia con mi pena,
y las dos miserias juntas,
como una sola fuerza,
acabarán con el odio, la traición y la vergüenza.
No tendremos, proletaria, ni anillos, ni curas ni velas
¿Para qué gastar sudor en esas u otras gabatelas?
Viviremos al calor de las luchas callejeras,
fundiremos nuestra sangre roja allá en las huelgas.
Tomaremos un fusil,
nos haremos guerrilleros,
matamos al opresor y ya libre nuestra tierra,
el fruto de nuestro amor será una niña morena.
Libre de rencor, de enfermedades y de ofensas,
alegre como riachuelo, robusta como pradera.
Fiel, rebelde y progresista...
Y le pondremos por nombre: REPÚBLICA SOCIALISTA.
Nota para el lector: Hay una anécdota detrás de este poema cuyo autor no me ha sido posible encontrar. Lo escuché una vez, en los labios de una excompañera de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil (carrera que no terminé). Yuliana Ibarra se llama. En aquella época me había aprendido todos los versos, pero el tiempo me hizo olvidarlos. Gracias a las redes sociales volví a encontrar a Yuli y decirle cuánto buscaba aquel poema que la había hecho ganar un concurso. Ella no se acordaba de mí, pero me contó que lo había sacado de un recorte que su madre guardaba en casa. No hay rastros en Internet de 'Proletaria'. Esta reconstrucción la hizo la memoria privilegiada de Yuli, a quien le agradezco la molestia.
En realidad creo que vale la pena tenerlo digitalizado.
Nota para el lector: Hay una anécdota detrás de este poema cuyo autor no me ha sido posible encontrar. Lo escuché una vez, en los labios de una excompañera de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad de Guayaquil (carrera que no terminé). Yuliana Ibarra se llama. En aquella época me había aprendido todos los versos, pero el tiempo me hizo olvidarlos. Gracias a las redes sociales volví a encontrar a Yuli y decirle cuánto buscaba aquel poema que la había hecho ganar un concurso. Ella no se acordaba de mí, pero me contó que lo había sacado de un recorte que su madre guardaba en casa. No hay rastros en Internet de 'Proletaria'. Esta reconstrucción la hizo la memoria privilegiada de Yuli, a quien le agradezco la molestia.
En realidad creo que vale la pena tenerlo digitalizado.
Estimada BlanquitaIdabel usted tiene los recursos periodísticos, le doy una pista dond buscar en la Hemeroteca o en en Archi histórico junto Sociedad Garibaldi, sus datos espacios o ventanas poéticas también en sociales discursos de candidatos políticos de la épica del recorte. Su admirador AGV
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