El amor distante

Echó la figura de cerámica que acababa de crear y un saco de vestir entre sus trapos. Empezó a andar. Salta, Argentina, lo vio alejarse sin fecha de retorno.

Su novia a distancia, a quien conoció en Buenos Aires, lo terminó antes de emprender el viaje; pero él, terco, fue a buscarla a Ecuador para recibir el golpe en la cara. O para, tal vez, hacer que cambie de opinión.

El viaje fue a pie. La única referencia que tenía de su casa era una foto de la parte exterior en donde se veían dos palmeras y una avenida de Quito, la capital.

Conoció ciudades, durmió en decenas de parques, sobre unos pocos libros que empacó. Cuando el clima azotaba, usaba el saco aquel que se pondría al verla de nuevo como cobija.
Salió de Salta con dos mil dólares. Una neumonía en Lima le representó un gasto de la cuarta parte de su capital. Otro tanto lo gastó en comida.

Cuando después de tres meses al fin llegó a Huaquillas, la frontera de Ecuador, decidió avanzar en bus. Una vez en la capital, preguntó cómo llegar al centro, por inercia.
Se hospedó con el poco dinero que le quedaba en la plaza Foch. Hizo un par de llamadas a Argentina para notificar su arribo y pedir ayuda a amigos investigadores. Solo tenía una foto de la parte exterior de su casa, un nombre y un apellido.

Después de doce horas, y gracias a datos registrados en una universidad de Argentina para un posgrado, pudo dar con la dirección y el nombre completo de su exnovia. Solo entonces mandó a lavar su saco.

Fue a la peluquería, se dio un baño, hizo que lo afeiten, agarró la figurita de cerámica y avanzó al edificio aquel. Allí estaban las dos palmeras. Tuvo que vomitar de los nervios y volver al portón.
Preguntó por ella. “Salió a pasear a su perro, ya debe estar llegando”, dijo el portero. 

Se sentó. Media hora después vio aparecer la figura femenina que amó en Buenos Aires, cuando ella llegó de vacaciones. “¿Qué haces aquí?”. “Te dije que vendría”. Estaba cumplida la misión. El último intento fue en vano. Ella no volvió.


Gracias, Kaiser, ya eres parte de #mishistoriasurbanas

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