Danilo Palomino junto a su mami, en una entrevista exclusiva. Junio del 2011. Una convención de ánime pone los ojos del mundo web en Danilo Palomino. En la entrevista aparece disfrazado de Ryu, personaje del videojuego Street Fighter. No fue su vestimenta lo que entretuvo a los internautas, sino su personalidad y la particularidad con la que se presentó: “Decidí hacerme este traje por medio de mi tía Antonieta, la esposa de mi tío Roberto”. Danilo continuó su minuto en cámaras con uno de los movimientos de pelea de Ryu, el famoso Hadouken. El usuario Jenn90Jenn subió el vídeo de su actuación en YouTube, con el título de “gordito Sushi”. Hasta marzo del año pasado, el material fue visto 1,4 millones de veces. El vídeo volvió a ser noticia este año. El número de reproducciones que tiene hizo a Danilo acreedor de un Guinness. Consta en la página 79 de la 10ª Edición del Guinness World Records Gamer 2017, que aún no llega a América Latina. Antes...
La primera vez que escuché este término tan hasta las mismas estaba sentada frente a una obsoleta computadora de cyber de cincuenta, chateaba con mi pana Aldo (El Flaco Chafo), después de un saludo pegajoso por msn me recomendó un video rayadísimo a través de un link que me condujo a Youtube (no sabía lo que era link en aquella época, así que solo le di 'click'). Pasaron 30 minutos hasta que el video cargue completamente; y allí estaba yo, cagándome de risa con el entonces Dios del Raye, Fumanchu. Casi me orino cuando dijo 'valeverguismo', pensé: '¿cómo es que ha evolucionado a tal punto la forma de repudiar un asunto?', y ayer lo entendí, ayer, que al abrir mi Facebook me encuentro con esta estupidez: Corte de brazo por un autodenominado EMO
Miro atrás. Mi barrio. La tranquila ciudadela de las matas de mango y almendra convertida en zona de guerra. Me paro frente a la casa de mis abuelos y puedo contar los muertos. Allá hubo una masacre, por acá atrás mataron a un niñito, en esa vereda balearon a un man. Uno mira las noticias y lo que ve no es tan profundo como lo que pasa. La muerte violenta no debería ser normal. A mis abuelos les dio un ataque de nervios cuando sus vecinos, practicantes católicos, fueron masacrados. Eso no te lo cuentan en la tele. Allí solo cuentan muertos, como cuentan votos. Es 2025. Las playas de mi Ecuador se han llenado de sangre en los últimos días, y te piensas dos veces si vale la pena pegarte el viaje a tomar sol con este escenario. “¿Y si vamos? Ponte que entran a pegarle un tiro a un cojudo, y nosotros al lado”, le digo a mi esposo. En esta tierra de nadie, ya ni las urbanizaciones más aniñadas son zona franca, y a los matones ya no les tiembla la conciencia cuando hay niños presentes....
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