25 de febrero

 Al salir del trabajo tenía ganas de pasar a verte; pero no hay forma. El cementerio no abre por las noches. Quiero contarte tanto. Quiero decirte que cada vez que escribo en el diario te pienso. Que cada día que estoy en este oficio me vienen esas ganas locas de abrazarte y decirte 'gracias por el empujón', pero no estás más. 

Y a medida de que los años pasan, quisiera que el vacío se sienta menos, pero crece. Hoy más que nunca te he sentido tan cerca. Es casi mágico. Es como si intuyeras que, estando vivo, de seguro habría un encuentro por tu cumple. 

Quiero dejar de tener ganas de llorar al recordarte y no sé cómo. Por eso, como la primera vez que supe que ya no te vería nunca más, decidí escribirte. 

Hacerlo en momentos como este siempre hace más liviana el alma pesada. Siento que con solo expresar mis pensamientos de esta forma puedo, no sé, llegar a ti, como vos llegaste en sueños varias veces.

Feliz cumpleaños, amigo.


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