Verdades amargas
La amistad verdadera es ilusión,
ella cambia, se aleja y desaparece
con los giros que da la situación.
Amigos complacientes solo tienen
los que disfrutan de venturas y calma,
mas aquellos que abate el infortunio
solo tienen tristeza en el alma.
Si estamos bien, nos tratan con amor,
nos buscan, nos invitan, nos adulan:
mas si acaso caemos, francamente,
solo por cumplimiento nos saludan.
En este laberinto de la vida,
donde tanto domina la maldad,
todo tiene su precio estipulado:
amores, parentescos y amistad.
El que nada atesora, nada vale,
en toda reunión pasa por necio,
y por más nobles que sus hechos sean,
lo que alcanza es la burla y el desprecio.
Lo que brilla nomás tiene cabida,
auque brille por oro lo que es cobre,
lo que no perdonamos en la vida
es el atroz delito de ser pobre.
La corrupción, el vicio y hasta el crimen
pueden tener su puesto señalado;
las llagas del defecto no se miran
si las cubre un diamante bien cortado.
La sociedad que adora su desdoro
persigue con gran saña al criminal,
mas si el puñal del asesino es de oro,
enmudece… ¡y el juez besa el puñal!
Nada humano es perfecto y nada afable,
todo está con lo impuro entremezclado,
el mismo corazón, con ser tan noble,
¡cuántas veces se muestra enmascarado!
Que existe la virtud, yo no lo niego,
pero siempre en conjunto defectuoso:
hay rasgos de virtud en el malvado,
hay rasgos de maldad en el virtuoso.
Cuando veo a mi paso tanta infamia
y que mancha a mi planta tanto lodo,
ganas me da de maldecir la vida,
ganas me da de maldecirlo todo.
A nadie habrá de herir lo que aquí digo,
porque ceñida a la verdad estoy:
me dieron a liberar hiel y veneno
hiel y veneno en recompensa doy.
Pero si tengo las palabras toscas
de estas líneas oscuras y sin nombre
doblando las rodillas en el polvo,
pido perdón a Dios, pero no al hombre.
Ramón Ortega
ella cambia, se aleja y desaparece
con los giros que da la situación.
Amigos complacientes solo tienen
los que disfrutan de venturas y calma,
mas aquellos que abate el infortunio
solo tienen tristeza en el alma.
Si estamos bien, nos tratan con amor,
nos buscan, nos invitan, nos adulan:
mas si acaso caemos, francamente,
solo por cumplimiento nos saludan.
En este laberinto de la vida,
donde tanto domina la maldad,
todo tiene su precio estipulado:
amores, parentescos y amistad.
El que nada atesora, nada vale,
en toda reunión pasa por necio,
y por más nobles que sus hechos sean,
lo que alcanza es la burla y el desprecio.
Lo que brilla nomás tiene cabida,
auque brille por oro lo que es cobre,
lo que no perdonamos en la vida
es el atroz delito de ser pobre.
La corrupción, el vicio y hasta el crimen
pueden tener su puesto señalado;
las llagas del defecto no se miran
si las cubre un diamante bien cortado.
La sociedad que adora su desdoro
persigue con gran saña al criminal,
mas si el puñal del asesino es de oro,
enmudece… ¡y el juez besa el puñal!
Nada humano es perfecto y nada afable,
todo está con lo impuro entremezclado,
el mismo corazón, con ser tan noble,
¡cuántas veces se muestra enmascarado!
Que existe la virtud, yo no lo niego,
pero siempre en conjunto defectuoso:
hay rasgos de virtud en el malvado,
hay rasgos de maldad en el virtuoso.
Cuando veo a mi paso tanta infamia
y que mancha a mi planta tanto lodo,
ganas me da de maldecir la vida,
ganas me da de maldecirlo todo.
A nadie habrá de herir lo que aquí digo,
porque ceñida a la verdad estoy:
me dieron a liberar hiel y veneno
hiel y veneno en recompensa doy.
Pero si tengo las palabras toscas
de estas líneas oscuras y sin nombre
doblando las rodillas en el polvo,
pido perdón a Dios, pero no al hombre.
Ramón Ortega
Amigos cuales amigos, te sumergen en bebidas sociales, te dan consejos, los ves surgir mientras tu sigues terminando el mismo camino que compartieron, más en tus ideales, en tu afán de aprender en campo, en tu batalla diaria no encuentras amigos...
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