Mala Cita

Primeros días de octubre de 2018. Abre el Facebook para ver qué caza. Allí está la chica guapetona que agregó hace unos días, con un mensaje en la bandeja de entrada.
“Hay promoción en la Perla. Si eres cumpleañero, dos por uno”. Lee y sonríe. Es un hombre casado, pero nunca se niega a una oportunidad de vacilar.
“Vamos”, escribe. Y bloquea el celular de nuevo.
Era lo que los guayacos llaman ‘una chola rica’. Simpática de cara y con buen rabo. “Quizás solo una aventura más, pero vale la pena ir”, se dice.
Dos días después, llega al café del malecón. Es un hombre casado, insisto, por lo que particularmente tiene mucho cuidado con sus andanzas.
Dos mujeres caminan en su dirección y hablan entre risas. Entiende que es sobre él porque lo hacen mientras lo miran. Cuando al fin llegan al pie de la mesa, saluda ella. “Soy yo. Hola. Ella es mi sobrina”.
Dicen que con la Internet se terminaron las citas a ciegas. Mienten. Los filtros en las fotos son iguales a un disfraz, y abusar de estos desfigura, como en esta historia, el concepto de belleza hasta hacerlo desaparecer.
No prejuzga la mentira de los filtros, porque, como feo, cree que todos tenemos la oportunidad de defendernos. Ya saben lo que dicen, si eres feo, no te puedes dar el lujo de ser mal dato.
Ella sí. Con el pedido de la prima, vacía la billetera del incauto, como si nunca antes hubieran entrado a un café. 
La reunión fluye con banalidades. La profundidad que proyectaban sus filtros se limitan a conversaciones de estratos de cultura básica. Ya saben, el equipo, temas de familia y otros... 
Se paran de allí y van a la noria del malecón. Paga la entrada de la otra invitada. Quiere bajarse de allí y largarse a su fidelidad a medias de nuevo. 
Está harto. La ilusión del vacile se fue para el piso, junto con diez cuadras caminadas. Al llegar, la bloqueó.

Si tienes alguna historia escribe a moncadab@granasa.com.ec o envía un mensaje al 0984934322

Comentarios

Entradas populares de este blog

La verdadera historia de Danilo Palomino, el nuevo Guinness de Ecuador

Valeverguismo. Tendencia pegajosa

De mango y almendras a plomo y sangre: la transformación de mi patria