A la mierda tus fake news
Silencio.
El alma grita.
Tiene miedo.
Afuera silencio.
Un volante se detuvo en una ciudad que huele a muerte.
En las vías silencio.
En la redacción silencio.
En los grupos de WhatsApp de prensa silencio.
Omar se fue sin despedirse.
Otros se han ido sin despedirse.
Guayaquil sufre ausencia. Y calla.
Por eso el silencio.
El silencio acompaña el vacío.
El vacío sabe a dolor.
El dolor lastima el alma.
El alma se pierde en este caos en donde también se pierden los cuerpos.
A la mierda tus fake news.
Silencio.
La ciudad llora a sus muertos maltratados.
Silencio. ¿Qué hay al otro lado?
Nunca lo sabremos. A menos que, también, nos toque llamar al 911 para pedir oxígeno y nos dejen morir.
El virus también golpeó otros países, dicen los optimistas.
Yo digo que al diablo todo.
El alma grita.
Tiene miedo.
Afuera silencio.
Un volante se detuvo en una ciudad que huele a muerte.
En las vías silencio.
En la redacción silencio.
En los grupos de WhatsApp de prensa silencio.
Omar se fue sin despedirse.
Otros se han ido sin despedirse.
Guayaquil sufre ausencia. Y calla.
Por eso el silencio.
El silencio acompaña el vacío.
El vacío sabe a dolor.
El dolor lastima el alma.
El alma se pierde en este caos en donde también se pierden los cuerpos.
A la mierda tus fake news.
Silencio.
La ciudad llora a sus muertos maltratados.
Silencio. ¿Qué hay al otro lado?
Nunca lo sabremos. A menos que, también, nos toque llamar al 911 para pedir oxígeno y nos dejen morir.
El virus también golpeó otros países, dicen los optimistas.
Yo digo que al diablo todo.
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